martes, 29 de marzo de 2016

Valoración Personal de Sara (Voluntaria del País Vasco). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

“Aceptamos la diferencia, no la indiferencia”.

Sí, empiezo así. Una frase en la puerta de la sala de la finca de San Gil me impacto y me hizo ver todo lo que esa frase supone. Naturalidad, integración, inclusión, compromiso, normalización… y mucho más.

Soy Sara Amunarriz, una chica de 19 años del País Vasco que ha tenido la suerte de ser una de las voluntarias del campo de trabajo en Placeat en el verano del 2015. 
¿Qué es San Gil? ¿Qué es Placeat? Para mí, en 15 días ha quedado más que claro. Placeat me ha demostrado que la gente es buena y generosa, que quiere un mundo mejor con mejores personas. A mí este campo de trabajo a parte de sensibilizarme con las personas con diversidad funcional, me ha abierto los ojos. Los usuarios de Placeat son pequeños tesoros, los cuales tienen distintas maneras de vivir, de ver, de hablar… esa es la esencia del campo de trabajo, ir descubriendo poco a poco la forma de sentir de estas personas, que desde mi punto de vista, a veces es hasta mejor que la nuestra.
De estos 15 días me llevo un gran grupo de amigos voluntarios, quienes ha sido capaces de captar la esencia de todos y cada uno de los usuarios de Placeat. Me llevo grandes maestros, los monitores, quienes nos han enseñado y aconsejado, siempre desde el punto de vista de un amigo, porque eso eran ellos, uno más en el grupo de voluntarios. De estas dos semanas también llevo conmigo personas muy especiales, con muchas historias en su pasado y en su presente, con grandes ilusiones y verdades que transmitir. Me llevo amigos y familia. Porque los usuarios de Placeat son una familia, y nunca podré agradecerles el haber hecho que yo entrara en ella. 
No puedo más que animar y aconsejar a todos los que lean esto que sean voluntarios en Placeat, que conozcan la familia y el clima que se ha creado allí, que sientan y que los quieran muchísimo, porque se hacen querer enseguida y te enganchan. 
Gracias y mil gracias más a todos los que hacen posible que estos tesoros tengan una vida como los demás, porque son como los demás y se lo merecen.  

Valoración Personal de Celia (Voluntaria de Málaga). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

"La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros" M. Yourcenar. 

Dicen que la mejor escuela del mundo es la vida, y el Campo de Trabajo de San Gil es un curso intensivo. Fui contenta, con esa pequeña felicidad que da el cerrar la maleta sin problemas y no tener que cambiar de autobús, aunque te tires ocho horas entre pies olorosos y bocatas de chorizo, y algo nerviosa, más bien acojonada, preguntándome cómo serían los compañeros, los usuarios, cómo tratar a unos y a otros, qué decir y en qué momento, si nos llevaríamos bien, si habría problemas, si, si, si... En definitiva, la inseguridad que da instantes antes de irte, meses después del  "sí, sí, me voy a un Campo de Trabajo con personas con discapacidad, sola, que ya haré amigos allí" y  de la gente que te mira raro creyendo que te vas a hacer trabajos forzados y eres una flipada de la vida. Las mariposillas en el estómago anteriores a cualquier gran experiencia.
Entre nervios y sueño llegué a Plasencia, a las una y cuarto de la mañana del domingo 2 de agosto con un Cano que me esperaba tanto o más adormilado que yo y que me llevó a Placeat, donde habían dejado que durmiera esa noche (¡mil gracias!) junto con dos chicas que llegaban de madrugada. Así que ahí me encontraba yo, en un piso tutelado de Placeat, en una ciudad que no conocía, sola, solita, sola en todo el edificio, con fotos de niñas de comunión al lado de la cama que miraban con ojos raros y con una calor de mil demonios. La aventura empezaba.

            Podría contar todas y cada una de las cosas que hicimos y todos y cada uno de mis pensamientos sobre esas cosas, pero no lo voy a hacer.  Sólo diré que  el lunes 3 de agosto a las cuatro de la tarde, sentados en los sofás del salón de Placeat  todo parecían caras irreconocibles que se confundían unas con otras y con sus nombres y sus procedencias y sus edades, que el lunes 3 de agosto a las cuatro de la tarde todo parecían conversaciones tímidas, casi forzadas, artificiales, de silencios largos sin saber de qué hablar ni cómo hablar, pero nunca más fue así. El lunes 3 de agosto creamos una burbuja, un pequeño mundo apartado de todo lo demás que dormía en tiendas de campaña y se levantaba al ritmo del pitido infernal de un megáfono rompe-matrimonios a las ocho de la mañana. Donde quince días son tan intensos como dos meses y la velocidad del tiempo se mide en sonrisas por segundo. Un pequeño mundo donde se aprende constantemente, de todo y de todos; donde Miguel te enseña que no se necesitan palabras para comunicarse, Lorenzo, que el ingenio no tiene límites ni la agudeza fronteras; 
Tomás te enseña a creer en las personas y en las sirenas, Saluki, que con alegría y positividad se llega al fin del mundo, y que Hakuna Matata, que no hay problema. Manolo te dice con gestos que no hay sueños imposibles, sólo maneras alternativas de llevarlos a cabo; Manuel, que ojalá todos los hermanos quisieran tanto y tan bien; Gloria, que la familia también se elige  y Mimi y Juanjo, que el amor no entiende de discapacidad, sólo de pureza y cariño.


            Y es que en San Gil la discapacidad sólo hace que se busquen otras formas de hacer lo mismo, otras maneras de comprender y de comunicar, otra forma de sentir. En realidad, todo se resume a eso, a sentir y a comprender; a  comprender que una discapacidad no nos define, igual que no lo hace nuestra nacionalidad ni nuestro sexo; lo único que nos define es lo que queremos que lo haga. Y a aprender a sentir, a tener los ojos, los oídos y el corazón muy, muy abiertos para vivir cada instante, a sentir el cariño en cada roce de piel con piel en cualquier abrazo, porque todos son verdaderos, a percibir el brillo en todos nuestros ojos. A que nada se escape, porque todo merece la pena. 
Pero San Gil es mucho más. San Gil es también  un pan que habla, es "mafia, manzana, naranja, mi casa", canciones en euskera mal pronunciado, vampiros chupópteros, acordes en guitarra canaria, amigos sensibles e insensibles, estrellas fugaces que sólo ven unos pocos, chistes malos a las tres de la mañana, espectáculos de Broadway creados en una hora, fobia a los "síes" y "noes" a las diez y media de la noche, dormir bajo las estrellas. Es canciones de Extremoduro a toda hostia, bailar disfrazados, un "disfruta las cosas buenas que tiene la vida" y "qué asco, ¡gusano!". Es paisajes que quitan el aliento, es templos naturales a Gaia. Es la Extremadura menos extrema y menos dura. Es hablar del alma y los extraterrestres todos en círculo, o de la vida en la furgoneta cuando todos duermen. Es veinte personas diferentes con veinte historias que contar, de distinto lugar, distinta edad, distintos intereses. San Gil es gente maravillosa que tal vez no descubrirías en cualquier otra circunstancia, es ser feliz haciendo felices a otros que a su vez te hacen feliz a ti. Es descubrir serendipias mágicas que cambian tu visión del mundo, con las que bajarte de él.


San Gil es una familia de esas que se eligen. Es cambiar el mundo poquito a poco. Es la vida en su lado más bello. 

Valoración Personal de Stefania (Voluntaria de Rumanía). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

Campo de trabajo . 3 – 16 august 2015. 2 weeks. Tengo que reconocer que estaba un poco nerviosa de lo que toda esta experiencia podría ser. Dos semanas con la gente que yo no conocía, tratando de hablar en un idioma que no sabía muy bien, dos semanas con los Usuarios en un ambiente diferente al de Placeat, cómo todo esto va a ir? Pero al mismo tiempo sentí curiosidad, y después de escuchar a otros voluntarios que han estado en un campo de este tipo, me sentía de alguna manera energizado y feliz que podría cambiar la vista, feliz ante la posibilidad de ver otros lugares y conocer a otras personas ... Pero la realidad superó mis expectativas.
I have to recognize that I was a little scared (nervous)  of what all this experience could be. Two weeks with people I didin’t know, trying to speak in a language I didn’t know very well, two weeks with the usuarios in a different environement than placeat, how it all go?
But in the same time I was kind of curios, and after listening to other volunteers that have been in such a camp, I felt somehow energized and happy  I could change the view, happy in front of the possibility of seeing other places and meeting other people…

But the reality surpassed my expectation. 
Desde el primer día. La primera sorpresa fue ver estos jóvenes abiertas y interesante en un tema de este tipo. Y luego fue la sorpresa de ver a los Usuarios tan abierta y tan feliz con toda la atención que reciben.
From the first day.  The first surprise was seeing such young people opened and interesting in such a theme. And then was the surprise of seeing the usuarios so opened and so happy with all the attention they receive.
Y después, los días comienzan a pasar ... más y más rápido, cada uno de que sea lleno de cosas nuevas: cosas que ver, cosas para entender, también superar, dejar ir, para disfrutar.
From the first day.  The first surprise was seeing such young people opened and interesting in such a theme. And then was the surprise of seeing the usuarios so opened and so happy with all the attention they receive.
Para mí, personalmente, todo esto era como un desafío y me intentaron, a mi manera, para enfrentarlo. Hasta yo no lo demostró, en muchas ocasiones, lo disfruto. Yo lo disfrute ver a todos tan involucrados y así comprometida, yo realmente y profundamente encantado ver a la gente con ganas y creyendo que podían cambiar el mundo. Por la forma en que se hizo cargo de los Usuarios, por cierto trataron de hacerlos sonreír, por cierto que lo intenten, en este momento, para mantenerse en contacto con ellos, por cierto que disfrutamos cada día y cada situación, por cierto que trabajaron tan duro para que todo va a ir bien.
Para mí, la gente de este campo de Trabajo fueron un exemple de vivir, trabajar y disfrutar de las cosas.
Estoy agradecido por el cumplimiento de todos ellos.
Como alguien dijo, una noche, todos ellos tienen grandes posibilidades de hacer lo que quieran en esta vida.

Yo realmente deseo esto para todos ellos!
For me, personally, all of this was a challenge and I tried, in my own way, to face it. Even I didn’t show it, in  many occasions, I enjoy it. I enjoied seeing everyone so involved and so commited, I realy and deeply loved seeing people wanting and believing they could change the world. By the way they took care of the usuarios, by the way they tried to make them smile, by the way they try , right now, to keep in touch  with them, by the way they enjoyed every day and every situation, by the way they worked so hard  so everything will go well.
For me, the people of this campo de trabajo were an example of living , working and enjoying things.
I’m gratefull for meeting them all.
Like someone said, one night, they all have great chances of doing whatever they want in this life.
I really wish that for all of them!
Stefania

Valoración Personal de Rubén (Voluntario de Islas Canarias). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

Ubuntu. 
Durante este Campo de Trabajo, muchos me preguntaron que qué significaba esa pequeña inscripción que llevo en mi pie. “Ubuntu”. Dicha palabra hace referencia a la Filosofía Ubuntu, propia de algunas tribus del sur de África, y la cual antepone la felicidad y el bienestar de la comunidad al bienestar individual. Si la tribu en la que vives, y las personas que te rodean son felices, será más fácil que tú mismo te encuentres a gusto. Una persona con Ubuntu es aquella cuyas acciones van dirigidas a esa meta. Y el Campo de Trabajo de San Gil no ha sido más que un claro ejemplo de todo esto que he nombrado.
El hecho de sentir que todos formábamos parte de un mismo grupo, que luchábamos porque no existiesen barreras entre usuarios y voluntarios. Ver como todos compartían con Manolo su sueño de ser un soldado. Ver como Samuel y Lolo pasaban horas y horas con Gloria. Ver como Amaia ayudaba a Tomás a subir al Trabuquete. Compartir las noches sobre el césped viendo las estrellas, aunque por dentro nos muriéramos de sueño. Los abrazos de Miguel al llegar a Placeat. Las interminables bromas de Lorenzo o los “Buenos días guapos” de Mimi. Son solo algunas de las pequeñas acciones que han posible que hoy, 3 días después de haber acabado, pueda afirmar que me he sentido realmente feliz en San Gil.
Solo me queda dar las gracias. Gracias a Chuchi, Alicia y Cano por ser el motor que ha puesto en marcha este proyecto. Gracias a los voluntarios por las mil experiencias compartidas y por la amistad que se ha creado. Y por último, gracias a los verdaderos protagonistas de esta aventura. A mis chicos y chicas de Placeat, a esas personas tan especiales que por suerte se han cruzado en mi camino. Gracias por aparecer en mi vida y por demostrarme que con esfuerzo y una sonrisa en la cara, todo es posible.

Valoración Personal de Kareem (Voluntaria de Galicia). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

Sólo hace un día que me fui de San Gil y ya lo echo de menos. A decir verdad al principio iba con un poco de miedo, ya que era mi primer campo de trabajo, a día de hoy puedo decir que, nada me alegra más, que poder haber vivido esta experiencia al lado de tanta gente maravillosa. El primer día tenía miedo de cómo iban a reaccionar los usuarios conmigo, si les iba caer bien, si serían capaces de abrirse y yo con ellos... Ese miedo se me paso a los pocos minutos de llegar cuando nos pusimos a jugar en la piscina a diferentes juegos para conocernos mejor, y posteriormente por la noche cuando fuimos a Plasencia a dar una vuelta a la fiesta y escuchando las historias de Eugenio, Javier Ferredelo, Lorenzo, Saluqui...
El segundo día fue cuando conocí a Mimi y a Miguel y me robaron el corazón, Mimi con su alegría, sus bailes, sus besos, sus móviles de cartón... Y Miguel, qué decir de Miguel, es de esas personas que enamoran, sus abrazos son la cura de todos los males y su increíble capacidad para comunicarse y hacerse entender sin poder hablar es sorprendente. Ellos tendrán siempre un huequito en mi corazón.

A lo largo de los días fui conociendo más usuarios que también acabaría llevando en el corazón, como son Lorenzo, Tomás,  Manuel, una persona admirable y 100% implicado con su hermano; Manolo, con sus super abrazos y sus historias de cuando era Policía o construía campanas, entre muchas otras; Javi, Gloria, Alberto, con su ¿Cómo te llamas? Y acabó sabiendo cómo me llamaba. Podría mencionarlxs a todxs porque cada unx deellxs me aportó algo diferente pero el denominador común es el enorme cariño que recibí de todxs y cada unx de ellxs.
En San Gil todxs somos ricos ya que somos millonarios en buenos sentimientos y emociones. En la finca todo se hace desde el corazón, ya que es el único modo que conocemos para hacer las cosas.

San Gil es ese lugar dónde cada noche podemos observar una lluvia de estrellas fugaces, para recordarnos que los deseos se pueden hacer realidad, nuestro deseo es conseguir un mundo mejor en el cual las diferencias entre personas sean un recurso de aprendizaje y no de segregación. 
Vivir este campo de trabajo es como vivir dentro de una pompa de jabón, dentro de nuestra pompa el mundo es maravilloso, un mundo donde el respeto, el amor y la igualdad son la base de nuestras acciones. Al acabar estos 15 días la pompa no explotó, cada unx de nosotrxs nos llevamos un trocito de la pompa a nuestras casas, en diferentes partes de España, es labor de cada unx hacer que esa pompa se haga cada vez más grande, hasta que llegue un día que todas se junten y creen del mundo un lugar mejor.

Lo más duro de los 15 días fue la dinámica final y posterior despedida de los usuarios. En la dinámica final cada uno abrimos nuestros corazones para explicar lo que esta experiencia significó para nosotrxs. Nunca olvidaré el momento en el que Miguel me abrazó y se puso a llorar, o ver a Javi que da la imagen de ser un hombre duro, derrumbarse y caerle las lágrimas... Fueron momentos muy duros, donde pudimos observar que el cariño y amor que dimos y recibimos durante estos 15 días, fue real. 

Fue muy complicado despedirse de personas que durante 15 días, 24 horas al día formaron parte de tu vida y con las que compartías todo, tengo claro que esta despedida no fue un adiós, sino un hasta pronto.

Hasta pronto usuarios, hasta pronto voluntarios, hasta pronto monitores, hasta pronto familia!

Gracias por llenarme el corazón de emociones positivas y millones de recuerdos que jamás olvidaré.

Valoración Personal de Sandra (Voluntaria de Badajoz). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

VALORACIÓN PERSONAL SANDRA LEO 
¡Hola a todos/as! Hace 4 días que terminó el campo de trabajo (aunque parece que ya haya pasado un mes) y Chuchi, el director, nos mando hacer una valoración del mismo y pensé ¿cómo expreso yo todo lo que he vivido en estos 15 días con palabras? Es casi misión imposible, pero aquí estoy para intentar trasmitiros a todo aquel que me lea lo inmensamente feliz que he sido durante estos días.
Cuando decidí hacer un campo de trabajo de tipo social he de confesar que me sentí un poco insegura, saber que vas a estar todo el día codo con codo con personas con discapacidad intelectual y no saber nada de ellas, ¿Cómo serán? ¿Cómo las trato? ¿Y si no sé hacerlo bien? Pero cuando llegas y te encuentras a personas que te reciben sin conocerte de nada con un beso y un gran abrazo, que hacen que desde el minuto uno formes parte de su familia, porque tienen formada una gran familia y tú ya formas parte de ella sólo con el hecho de pasar de la puerta para adentro. Una vez que ves eso, ya sabes lo que vas a disfrutar y lo feliz que vas a ser el resto de días cuando diariamente recibas abrazos, besos, sonrisas y caricias por parte de todos. 
Como veis solo he utilizado la terminología discapacidad intelectual una vez, porque ¿quién de nosotros es lo suficientemente “normal” como para decidir lo que se considera “normal” o no? Son PERSONAS, que tienen una discapacidad sí, pero ¿quién de nosotros es capaz de hacer cualquier cosa?, todos tenemos nuestras limitaciones, por ello hay que apostar por la inclusión e integración de todas las personas, decidir vosotros mismos si añadirle con discapacidad o sin ella.
Por último, quiero destacar la gran labor de todos los trabajadores del centro de PLACEAT, porque encontrar hoy día un centro en el que no sea solo de cuidado de los usuarios, si no que apuestan porque trabajen y tengan actividades de ocio variadas es muy difícil, ya que lo que más cómodo les resulta a todos es dedicarse solo a su cuidado. Por lo tanto, es una labor por la cual les admiro. Y por supuesto que sigan apostando por hacer el campo de trabajo, porque no solo les hace felices a los usuarios, si no a los voluntarios que vamos, al hacernos mejores personas y al enseñarnos a apostar aún más por la inclusión e integración de todas las personas. 
“Las personas, al igual que las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar”

Valoración Personal de Raquel Eimil (Voluntaria de Galicia). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

Todavía estoy aterrizando en la rutina y en la realidad que tenía antes del campo de trabajo y creo que es el mejor momento para parar, cerrar los ojos y pensar en este torbellino de días. Recuerdo perfectamente la mezcla de miedo por no saber cómo iba a ser, las ganas de conocer lugares, personas, de vivir una experiencia totalmente nueva. No soy novata, es mi tercer campo de trabajo, aunque si soy sincera esto no ha sido un campo de trabajo, ha sido una nueva vida, un resurgir; la sensación que tengo después de haber vivido esto no os la podría explicar con palabras, necesito que la viváis como yo la viví, que os empapéis de cada segundo y que os llenéis los pulmones del aire que se respira en Placeat, que, como gallega y experta en aire puro, os aseguro que es único, inocente y puro como no respiré otro igual.
No puedo decir que tuviera miedo de que lxs chicxs de Placet no me aceptaran, de que no supiera como abrirme a ellos, de que tuviera alguna dificultad, sabía que eso iba a ir sobre ruedas; lo que nunca me imaginé seria que el primer día, en la piscina, iban a meterse en mi corazón para no volver a salir nunca. Son especiales, demasiado especiales, suena a tópico ¿verdad? lxs personas con discapacidad siempre tienen algo especial, pero esto es distinto. Lxs chicxs de Placeat son una familia, una familia enorme compartiendo un mismo alma, tienen la capacidad de hacerte sentir como en casa desde la primera vez que los ves, sin ser conscientes te arropan, te enseñan, te ayudan a levantarte, te conocen como si te hubieran visto nacer y te dejan quererlos, sentirlos, formar parte de su extensa familia. Cada vez que Miguel apoya la cabeza en tu hombro para que le des un abrazo sin soltar su botella de agua, cada vez que Saluqui te embriaga con su inseparable sonrisa, incluso cuando Lorenzo te pide que te sientes con él y no deja de hablar, cantar y acariciar sientes como el pecho se te hincha un poquito, desde la distancia creo que es el corazón intentando salir para tocarlos y contagiarse de su pureza y su inocencia. Podría nombrar a todos y cada uno de ellos porque de todos he aprendido algo, con todos he conocido una nueva sensación, todos me han tocado un poquito el corazón y todos se llevan una parte de mí. Tengo un gran privilegio, y es poder contaros mi experiencia en el campo y no quisiera dejar de animaros a conocer a la familia de Placeat, a que cada unx os toque un poquito el corazón y podáis decir que sois alguien nuevo, con la mente abierta, el corazón henchido y la piel llena de caricias que no se borran nunca.

Cabe destacar que este torbellino de sensaciones y emociones no hubiera sido posible sin el grupo de voluntarios que formamos nuestra propia familia. Haberlos conocido me tranquiliza porque me demuestra que el mundo está lleno de gente distinta, con personalidades totalmente diferentes que siguen un mismo camino. Cada uno de ellos ha aportado algo a este campo de trabajo y cada uno de ellos me ha enseñado algo; desde el primer día nos convertimos en un mismo ente, nos coordinamos, nos respetamos, nos conocimos y servimos de apoyo unos a otros, si tan solo uno de vosotros no estuviera nuestro castillo de naipes se hubiera tambaleado. 
No puedo más que agradecer el que os hubierais cruzado en mi camino y las fuerzas que me dais para seguir adelante en el camino de la inclusión; han sido 15 días rodeada de voluntarios y monitores que se agarraron de la mano y juntaron toda su fuerza creando una energía tan especial que creo que todavía sigo en una realidad que no es la mía. Si algo tengo claro es que intentaré no bajarme totalmente de esta realidad, cerraré los ojos y volveré a ver a Juanjo dibujando, a Tomás luchando por superarse en cada obstáculo, a Manuel siendo el ángel de la guarda que todos querríamos tener a nuestro lado.

Valoración Personal de Raquel (Voluntaria de Badajoz). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

VALORACIÓN PERSONAL.
Llegó el último día, ese día que te hace recordar todos y cada uno de los momentos vividos en el campo de trabajo. Esa última noche , donde a cada uno de nosotros las palabras se nos quedan cortas. En estos últimos 15 días he aprendido que hay que disfrutar cada instante. Pero sobretodo, he vivido una experiencia por la cual podría decir que algo en mi ha cambiado.
Me siento toda una privilegiada al poder haber disfrutado esta aventura. Poca gente llegará a entender esto, pero quien como yo ha tenido la suerte de haber estado en esta campo de trabajo sabe de lo que hablo.            
Poder transmitir esta experiencia no es nada fácil, ya que es el día a día y sus pequeños detalles los que hacen que todo esto valga la pena, y que realmente ames esta aventura. En mi recuerdo quedarán los grandes abrazos de Miguel, que sin decir nada lo decían todo; la sonrisa con la que Saluki te recibía; un Lorenzo al que solo un juego podía callar; a Tomás, esa persona que siempre te animaba, y un montón de detalles más que hacen de este campo de trabajo y de PLACEAT, un mundo especial y en el que todo el mundo tiene un lugar.
Todo esto no sería así sino hubiese tenido a tres grandes monitores (Alicia, Álvaro y Chuchi) y a 15 compañeros más, a los cuales agradezco todo lo que hacen porque personas con una discapacidad sean acogidos en nuestra sociedad como cualquier otra persona.

            Para finalizar esta valoración, me gustaría decir que gracias a los usuarios he aprendido que siempre hay algo por lo que tener una sonrisa y que no hay cabida para estar triste.


                                                           RAQUEL GÓMEZ SALAS

Valoración Personal de Idoia (Voluntaria de Navarra). Campo de Trabajo San Gil/Placeat 2015

LA REFLEXIÓN DE UNA JOVEN JARRERA DE SU CAMPO DE TRABAJO. 

Como comentaban mis compañeras cuando antes de ir al Campo de Trabajo cuentan con ilusión que se iban a ir quince días a Extremadura a un Campo de Trabajo surgían las típicas preguntas de ¿Qué es eso? ¿Qué es lo que hacéis ahí? ¿De qué trata? ¿Dónde cae ese sitio?, mirándote con unas caras como si estuvieras loca, que ibas a pasar mucho calor, que el sitio es precioso, pero que en agosto las iba a pasar muy mal. Bueno a mí eso también me pasó no solo con los familiares, sino con mi exjefa de peluquería y con las que fueron compañeras de faenas. Vale que tuviera mis miedos por no saber que me encontraría, por tener dudas de que haríamos en él, que tal me llevaría con la gente, como serian……pero eso no me quitaba las ganas y la ilusión de ir y ver que me deparaba haya. Tuve mis reservas por que he de reconocer que el primer día cuando llegue en la furgoneta con Alicia, me deja en el baño para dejar los bultos del equipaje y después de ir a conoceros cambiarme haya, entre en el salón de la Residencia os vi a los chicos con barba, piercings, gorras puestas, esas ropas, tatuajes y a las chicas con shorts, escotes todos con los móviles con unas miradas que parecían las de medusa que me convertiríais en una estatua de piedra. Me dije para mis adentros Idoia ¿Dónde te has metido? ¿Qué haces aquí? Sal corriendo y no pares hasta llegar a casa, eso fue mi primera impresión vuestra menos mal que no hice caso de ella porque os pude ir tratando uno a uno y mereció la pena quedarme.
Pude ver desde el primer día, casi al momento detalles que me fueron gustando y me hacía no arrepentirme en mi decisión de quedarme, mi encuentro con las vascas (Amaia y Sara), me saludaron y he de decir me parecieron las más normales de todas, muy cariñosas, amables, con una sonrisa en la cara en mi primera impresión y ultima porque con ellas no cambio mi primera impresión hacia ellas, Sandra diciéndome casi obligándome a que me quite la ropa para quedarme en bañador he ir a la piscina con ella y el resto de gente que poco a poco sin darme cuenta se fueron convirtiendo en algo más, después del baño en las duchas cuando nos disponíamos a vestirnos otra de ellas sin tener porque hacerlo me trajo algo que necesitaba y se me olvido coger de la maleta, bajo removió mi maleta y me lo trajo pero no sin antes darme a elegir cual debía de coger, la dije que me daba igual, otra me ayuda a quitar con cuidado las etiquetas de una camisa, esto es la primera noche en la finca voy al baño y tan ingenua de mi me quedo encerrada en el baño, empiezo a golpear, gritar pidiendo ayuda aunque tenía mis dudas que me oyeran ya que estaba Rubén tocando la guitarra, Lolo el ukulele, bandurria o lo que fuera, jajá,  Samuel con el tambor el resto cantando o observándoles pero tuve suerte y si alguien entre tanto ruido me oyó, vino empezó a hablarme o mirar como poder abrir la puerta, hasta lograrlo cuando eso salí corriendo de ahí, le di las gracias por ir a mi rescate, le dije que era mi Ángel de la guarda y para mi así sigue siéndolo hoy en día porque a pesar de que me enfadara con él, de vez en cuando seguía teniendo pequeños detalles, buen rollo aunque me costó a mi normalizar la cosa con él, porque no sabía cómo volver a acercarme a él, me costó hacer como si nada y no porque él no lo intentara sino porque no le daba yo la oportunidad, algo que me arrepentiré porque fue una tontería y se me fue de las manos con mis prontos, reacciones  María compartió los datos de su móvil conmigo cuando más lo necesitaba, bueno cosas de esas a montones.


            Luego los amigos sensibles, o insensibles como decía yo porque se me metió no sé como así en la cabezo y no había forma de hacer que lo dijera de otra forma, bueno al final, pues aunque me quejaba de que eran poco detallistas, que apenas daban señal de vida, bueno éramos extraños, no conocían mis gustos, que con tan solo unas chuches, un abrazo de vez en cuando, un guiño de ojo, un beso en la mejilla, un pequeño peluche, una nota un buenos días o buenas noches, detalles tontos de esos para mí eso era suficiente, no pido una canción que eso me parece más personal que debes sentir algo no amor, sino filin o tratar mas a esa persona para que te inspire en las letras de la canción a la hora de componerla. Ya no hablo de mi vampiro que ni mención hizo en todo el Campo de Trabajo en morderme el cuello, creo que ni lo tenía porque no sé ni quien es, ni quienes quedábamos todavía en el juego, mi victima ya sabe que era yo su vampiro y aunque tuve mil meces oportunidad de morderla no quería hacer el juego no por ser ella y tenerla que morder sino que no quería tener que estar buscando el momento para hacerlo. 
Bueno que más puedo contar pues muchas cosas que jamás olvidare, que me hacia el día fuese siempre una gran aventura, el vivirlo, como cada día nos levantaban con cazuelas, música, gritos, pistoletazos de agua en la cara, tirones de los sacos de dormir para los perezosos, desayunar con tanta gente que casi había que pelearse por la leche, el bimbo para tostadas parecía que estuviéramos en una constante estampida, terremoto que luego se echa en falta esas cosas, de ahí cogíamos la furgoneta nos poníamos a hacer fotos, hablar, cantar, y si nos descuidábamos hasta bailar dentro de la furgoneta, molaban esos momentos, nos bajábamos a recoger a los usuarios donde antes de entrar al recinto ya les veías subiendo la cuesta que estaban ahí preparados, con las cosas que iban a necesitar para darte los buenos días con besos y abrazos y aunque me gusta, no estaba acostumbrada y había días que me agobiaba algo, pero esos recibimientos hechos con el corazón, sin esperar nada a cambio hacia que algo por dentro se te removiera y conmoviera, te daba ternura, ver como Miguel sin hablar siempre con su neverita, su botellín de agua venia y te abrazaba, como Mimi bailaba con Juan José o te venia abrazaba y decía guapa, Lorenzo con sus abrazos, Tomás con sus besos preguntándote atentamente como estabas, si habías dormido bien, si estabas cansada, esas cosas, Manolo con su saludo militar que tenía un arte, las historia que te contaba a su forma, Saluqui  tan cariñosa, Goya, Manuel cuidando a su hermano con tanto mimo, dedicación, amor, todos ellos te enseñaban sin darse cuenta grandes lecciones de vida, ahí veías que no entendían de discapacidad, porque la sociedad nos quiere hacer ver cosas que para ellos en su día a día no les impide vivir, sentir, hacer cosas como uno más que la gente normal, esos detalles hacían tener paz interior con uno mismo saber que en esos días estabas haciendo que su vida fuera diferente, sentirse aun más útiles al recoger la mesa, ayudar a llevar la caja del almuerzo cuando había excursiones, desde el primer momento te robaban el corazón, con ellos en las actividades ayudándoles a subir, en las pozas, piscinas naturales bañándote con ellos, verbenas lo vivías a tope bailando con ellos, en las súper comidas y cenas que había que otros no se pero yo con eso y las canastas jugando al baloncesto me estaba quedando con un tipín, me faltaron varios días para conseguirlo pero iba por buen camino, jajá.

¿Qué es lo que más me gusto del Campo de Trabajo de San Gil?

            Pues fueron muchas cosas, con el trabajo que tenían los monitores que es una pasada, con el campo de trabajo que no lo parecía, parecían más unas vacaciones con una gran familia, el buen rollo que había entre nosotros que no veías diferencia entre monitores, usuarios y voluntarios, los baños en las gargantas, pozas, piscinas naturales que luego no había quien me sacara de haya, sobre todo en la última la del sábado que me costó subirla pero encontré pose y menuda siestita mas maja, escuchando el agua pasando por debajo de mis piernas estaba totalmente rodeada de agua pero no me mojaba, la cascada de agua que me masajeaba el cuello cuando el agua caía en forma de chorro, las veladas donde nos disfrazábamos, bailábamos, había jurado y todo (teníamos al Risto, Mónica Naranjo y a Ángel) que dejaron su programa y tuvieron el detalle de pasarse por la finca de San Gil a evaluarnos, vernos bailar, presentando a los que iban a actuar en cada momento, que va chicos eran nuestros monitores bien caracterizados que parecían ellos y hacían de ellos. En las verbenas de Galisteo que ninguna te dejaba indiferente toda la familia de copas y luego viendo la orquesta bailábamos las canciones que nos ponían, tirábamos los cejos a los bailarines, sobre todo al moreno de la camisa rosa, que se hacía querer, hubo algunas que no avisaron y se fueron a hacer fotos con ellos, capullinas, eso en la primera en la segunda que me parecía que no iba a merecer la pena la orquesta luego sorprendió ya no solo había un señor mayor que no motivaba nada, sino que había más gente en su grupo de orquesta que ponía música más actual, amenizaba la cosa pero ahí no queda la cosa al lado nuestro veo que había una cuadrilla de chicos muy majos que se pusieron a bailar con todos, a presentarse a algunas, de ahí luego salió una coña con gracia que hay ensaye a tocar el organillo que luego toque de forma  virtual, imaginaria con unas mesas escolares en mi actuación con mi grupo de Camela, el juego del gusano creo furor haya donde íbamos, Rubén tocando la guitarra y cantando a cada momento se convirtió en una tradición y costumbre muy bonita, hacer talleres manuales con los usuarios, como las cajitas haciéndolas y decorándolas con mimo y esmero que luego se usaron para dejar notas y mensajes que después entregaríamos.
¿Qué es lo que menos me gusto?
            Fue la comida aunque nadie tuvo la culpa de ello, solo que no acertaron con ella, ni había mucha variedad, eso me vino bien, para cuidarme. Jajá.

            Ahora mismo si me preguntaran si cambiaría mi Campo de Trabajo por otro, si repetiría diría a lo primero que no lo cambio por nada del mundo, y a lo segundo que si, sino me quedara solo un año para hacer otro Campo de Trabajo, si me quedaran mas repetiría sin dudarlo, pero al ser el año que viene mi último año digo de probar otro para ver qué tal, conocer gente nueva, sitios diferentes y eso. Es en estos momento que me arrepiento de no haber empezado antes a ir de Campos de Trabajo, podía haber estado en más pero al menos en los que he estado cada año se ha superado con el anterior y ambos han sido una gran experiencia para mí.
Con que me quedo de todo esto, pues que he conocido a 21 personas cojonudas, maravillosas, que no las cambio por nada, que son lo mejor que han pasado en mi vida, que me apena tenerles esparcidos, no poderles disfrutar más, que por primera vez tengo ganas de reencontrarme con alguien, tener en mente un montón de planes si estuvieran cerca de mí, ganas de hacerlo cuando se pueda, ilusión por ello, bueno aunque de voluntaria no pueda más que un año espero que como monitora pueda hacer mas Campo de Trabajo y poder seguir conociendo gente buena, que me lo habéis puesto difícil, habéis puesto el listón muy alto, me conformare con que sean la mitad de buenos que vosotros, me habéis ayudado un montón sin daros cuenta a superar muchos miedos y vergüenzas, aunque aún queda trabajo por hacer, que espero ir consiguiéndolo poco a poco, y poder abrir más mi corazón a la gente.

Pues eso gente que os quiero un montón, que me habéis llegado muy hondo, gracias por todo, aquí me tenéis para siempre para en lo que os pueda ayudar, que con esto me despido, porque podría seguir contando batallitas pero no acabaría jamás, y esto se eternizaría y no consiste en eso.

Besos y saludos a todos los de San Gil y Plasencia.




IDOIA GARCIA ORTIZ DE LANDALUCE